martes, 5 de octubre de 2010

La prostitución del Diseño

Hace años, cuando comencé a estudiar Diseño, la primera frase que me soltó el primer profesor con el que comencé el primer curso fué una de esas que te marcan de por vida, de esas lapidarias.

La frase era algo así:

- Buenos días, estáis a punto de convetiros en las putas de la sociedad.

Con una frase así a uno se le quitan las ganas de seguir tres o cuatro años más estudiando, pero años más tarde, me doy cuenta de que no podía tener más razón.

Hace un año y poco que me licencié y ahora que me dedico profesionalmente a esto, creo que puedo opinar sobre el tema.

Fuera del sector del diseño gráfico, en general, existe una creencia que dice que el trabajo de diseñador es fácil.

Por lo tanto, está a la orden del día que cualquiera pueda venir a pedirte un logo, un diseño de web/blog, una ilustración o incluso una animación sin la menor intención de pagarte. La cosa viene a ser más o menos esto.



- ¡Hola, Jaume!
- ¡Hola, dime!
- Necesito que me hagas (ponga aquí lo que se necesite) para mi nuevo proyecto.
- Ah claro, encantado. Pásame tu correo y hablamos de lo que necesitas para que te haga un presupuesto.
- Ah, vaya, bueno... no tengo mucho dinero, pero mi correo es tal. Pásame precio y te digo algo.
- ¡Ok!

Envías el correo y pueden pasar dos cosas, o que te diga que lo siente mucho pero que no puede pagarte y que otra vez será o directamente ni te contesta.

Y es que cuesta tan poco pedir algo por la cara. El no siempre lo tienes.

Ahora pensaréis "¿pero también habrá quien pague, no?".
Pues si, pero basándome en mi experiencia, los que te pagan ya te dicen directamente "necesito esto, ¿cuánto me cuesta?".
Curiosamente, la gente que me ha pagado, ha resultado ser la más humilde y menos conocedora de la profesión.

Si bien en tus comienzos como diseñador o artista en general puedes permitirte el lujo de hacer trabajos gratis para darte a conocer, llega un momento en el que no puedes, ya que el diseño se convierte en tu profesión y por lo tanto, en lo que te va a dar dinero para comer, vestirte y pagarte tus caprichos. Y si trabajas gratis, no comes, no te vistes y no puedes pagarte caprichos.

No digo que comiences cobrando lo mismo que un prestigioso estudio de diseño, pero si que en vez de hacer algo gratis, pidas algo, por poco que sea.
Recuerdo que lo primero que cobré fué un diseño para unas tarjetas de visita para la peluquería de mi tía. Le cobré 30 euros y esos 30 euros fueron muy importante para mi, porque significaron el comienzo de una presión que mantengo hoy en día y que espero mantener durante mucho tiempo.

La manera de decidir si cobrar por un trabajo o no, influye en varios factores.
Si alguien te pide algo de buenas a primeras, es tu deber como diseñador y por lo tanto como representante de sector, cobrar por ello, por mínimo que sea.
Sólo debes aceptar trabajar de forma gratuita en determinados casos cómo colaborar en proyectos que pueden darte a conocer a mucha más gente o en trabajos solidarios (yo mismo llevo tres años realizando carteles de conciertos de hip hop benéficos).
Excepto casos apartados, para el resto del mundo debes considerar seriamente el cobrar por tus servicios. Recuerda que eres una puta y no una monjita de la caridad.

Ya sé que al principio cuesta decirle a la gente que no, pero si no te pones un poco duro, no lograrás alcanzar un nivel profesional dentro de tu sector y seguirás siendo eso, una puta del diseño a la que todos se follan, porque piensan que ser puta es fácil, solo hay que abrirse de patas (o darle al botón mágico del Photoshop que te lee la mente y en menos de una hora aparece en pantalla lo que el cliente quiere, sin fallos).

¿O acaso cuando se os estropea el ordenador váis al servicio técnico y le decís "oye, a ver si puedes arreglarme esto, que total sólo es cambiar un cable, ¿no?".
¿O a un fontanero le decís "oye, cámbiame las cañerías de casa que total, son cuatro tubitos"?

Pues no, el servició técnico deberá mirar donde está el problema con tu ordenador, conseguir el componente necesario para que se solucione dicho problema y procurar no estropear nada durante su instalación. Y para poder saber todo eso ha de haber estudiado.
Y el fontanero, deberá localizar donde está el atasco en tus tuberías, conseguir las adecuadas para tu casa y mancharse las manos para que no se te inunde la casa.

Pues hacer un buen diseño, amigos míos, cuesta lo suyo. Habrá gente más o menos habilidosa para las artes gráficas pero diseñar cualquier cosa lleva detrás horas, esfuerzo y dedicación.

El Domingo pasado viendo la película El Gran Vázquez, me quedé con una escena en la que el protagonista (un dibujante de cómics) ve como la editorial que le publica, comienza a publicar sus historietas dibujadas por otros autores. Él va a pedir explicaciones y en la editorial le dicen que como no pueden fiarse de él (por caradura y timador, pero eso es otra hsitoria) y tienen los derechos de sus personajes, que cualquiera puede dibujarlos. Acto seguido, Vázquez agarra una hoja de papel y un bolígrafo, los planta delante del editor y le dice "dibuja una escoba". El editor se queda atónito y le dice que no es su trabajo.

Pues bien, reivindiquemos nuestro trabajo. Si nos piden un banner de 300x160px no digamos "bah, enseguida te lo hago, no me cuesta nada". Di: "vale, pero te costará x €" O si no tienen disposición de pagarnos, pide que pongan un banner aún más grande de tu web en la suya.

Al margen de esto, siempre llegará el momento en el que tendremos que diseñar para alguien que no nos gusta, pero cómo quien paga manda, haremos lo posible para que quede contento.
Intentar siempre dejar vuestra marca o estilo presente en cada uno de vuestros diseños, pelear por ello, no dejéis que os pisoteen y mucho menos que piensen que sois unas putas del diseño.

Obviamente, hablo de diseño gráfico porque es mi ámbito y mi profesión, pero supongo que todo esto podría aplicarse a cualquier oficio.

No podremos dejar de ser putas de la sociedad, pero si podemos elegir ser una puta de lujo que cobra por un trabajo bien hecho. Hacer las mejores mamadas y demostrar que lo que cobráis, sea poco o mucho, bien vale ese polvazo con el que el cliente quedará satisfecho. Eso si, usar siempre protección, nunca se sabe...

Le dedico esta entrada a mi antiguo profesor Jorge Marzo y os invito a visitar su blog.

Nos leemos, espero vuestros comentarios y opiniones al respecto, os dejo con este cómic que me he permitido modificar para la ocasión y que espero que os guste.

Si no podéis leerlo bien, hacer click aqui.